viernes, 16 de abril de 2010

Las hormonas y la nutrición, una estrecha relación

Nuestra salud, nuestra respuesta ante el peligro, nuestros cambios de humor y hasta nuestro peso están regulados en gran parte por las hormonas. Éstas guardan una estrecha relación con nuestro estado de nutrición y para entender esta relación lo primero que haremos es entender que son las hormonas.

Las hormonas son secretadas y liberadas directamente en la sangre por órganos conocidos como glándulas, estas son muy abundantes en nuestro cuerpo y por lo tanto también existen una gran cantidad de hormonas. Las glándulas tienen una función muy importante que consiste en monitorear que situaciones están sucediendo en nuestro cuerpo y así liberar las hormonas necesarias que funcionan como mensajeras estimulando uno o varios órganos para actuar según se necesite.

Un ejemplo claro del que probablemente hemos oído hablar, es el siguiente:

El Páncreas (glándula) detecta un aumento de la concentración de glucosa en sangre y libera a la Insulina (hormona) ésta a su vez estimula a las células para que tomen la glucosa y la almacenen. Si la concentración de glucosa en sangre disminuye, el páncreas secreta otra hormona llamada glucagon que manada una señal al hígado para que libere glucosa en sangre, de esta manera, los niveles de glucosa se mantienen dentro de ciertos rangos muy estrechos. Si el páncreas se llega a afectar secretando poca o nada de insulina tendremos la enfermedad conocida como Diabetes, y esto repercutirá en nuestra salud en general, y se verán alteradas diferentes partes como el corazón o los ojos.

El estado nutricional afecta el sistema hormonal, es decir, para que funcione de manera adecuada tenemos que tener un buen estado de nutrición, así el ayuno, la alimentación en exceso o el ejercicio alteran este sistema. Un ejemplo son las personas que se vuelven muy delgadas por tener un sistema hormonal alterado, generalmente la tiroides (glándula) tiene problemas con la secreción de hormonas tiroideas por lo que estas personas si no se atienden son incapaces de mantener un buen estado de salud, y se vuelve un círculo vicioso, otro ejemplo podría ser las personas que tienen dietas con alto contenido de grasas teniendo niveles hormonales que puedan hacerlas susceptibles a padecer ciertos tipos de cáncer.

Por otro lado el sistema hormonal también afecta el estado de nutrición ya que junto con el sistema nervioso controlan las señales de hambre y saciedad, manda mensajes al sistema digestivo sobre que comida entra y que tipo de jugos gástricos se deben liberar. Durante el ciclo menstrual algunas mujeres presentan cambios de apetito comiendo más hidratos de carbono que el resto del ciclo, otro ejemplo es que las hormonas en parte son las responsables de la falta de apetito durante las enfermedades o reaccionan ante el estrés afectando la absorción de los nutrimentos.

Por todo lo anterior siempre que tenemos algún problema de nutrición ya sea en escasez como la desnutrición o en excesos como la obesidad no debemos olvidarnos de nuestro sistema hormonal ya que muy probablemente parte de la respuesta al problema la podamos solucionar tomándolo en cuenta, no lo olvides.

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