viernes, 16 de abril de 2010

10 Consejos para decirle adios a la grasa

Seguramente muchas veces te has preguntado por que es tan difícil deshacernos del exceso de grasa corporal que se acumula en esas molestas “llantitas”. La razón es que el cuerpo a través de los siglos ha luchado para lograr una reserva energética muy eficaz, en caso de necesitarla en tiempos de hambruna, ya que en la historia de la humanidad ha habido muchas más épocas de escasez que de abundancia. Sin embargo en los últimos 50 años una parte de la población se encuentra con problemas de obesidad, ya que nunca había sido tan fácil encontrar alimentos, por ejemplo, hoy es más fácil conservarlos gracias a la tecnología de alimentos.


Es difícil luchar contra una ventaja selectiva natural. A pesar de dietas hipocalóricas y del entrenamiento, muchas personas, generalmente mujeres, se encuentran con cúmulos de grasa en zonas del cuerpo muy difíciles de eliminar.


Bajar de peso va más allá de solo comer menos. Lo más importante, cuando se busca perder peso, es perderlo en forma de grasa corporal. Muchas veces bajamos de peso pero es únicamente pérdida de agua o aún peor perdemos masa muscular pero no grasa. Para lograrlo además de comer menos tenemos que tomar en cuenta otros detalles. No olvides que no hay ni dietas ni recetas mágicas. Aquí te damos algunos que esperamos te ayuden a tener éxito:
1. Tu plan de alimentación debe ser de 500 calorías menos que las que consumes para mantener tu peso actual. Es importante acudir a un especialista en nutrición para que te indique un plan de alimentación de acuerdo a tus necesidades personales.

2. Realiza ejercicio aeróbico de baja intensidad durante más de cuarenta minutos, así aumentas la capacidad de los músculos para utilizar las grasas como fuente de energía y consigue reducir los depósitos rebeldes. Caminar o andar en bicicleta son una excelente opción.
3. Varia tu dieta, no comas los mismos alimentos cada día. El metabolismo de las grasas requiere un aporte completo de vitaminas, minerales y aminoácidos necesarios para funcionar de forma eficiente, que te aseguras con una alimentación variada.

4. No bajes de 1200 kilocalorías. Si reduces las calorías, disminuirás tu tasa de metabolismo basal y conseguirás el efecto contrario: ahorrarás la grasa almacenada, aunque cada vez comas menos porque tu cuerpo se pone en situación de alerta y reserva lo poco que recibe en vez de quemarlo.
5. Dos o tres veces a la semana realiza ejercicio anaeróbico que te ayude a aumentar tu masa muscular ya que el tejido muscular aumenta tu metabolismo basal y favorece la pérdida de peso.
6. La constancia es tu mejor aliado. Acelerar tú metabolismo no se consigue en unas pocas semanas, necesitas nuevos hábitos alimentarios y de ejercicio, así evitarás el molesto rebote, aprenderás a comer y los cambios serán por un largo período.
7. Consume Refrigerios, está comprobado que las personas que consumen un pequeño “snack”, refrigerio o lunch llegan con menos hambre a la siguiente comida y por lo tanto controlan mejor su ingestión de calorías, evitando con ello comer en exceso. Te invitamos a probar las Barras de Bimbo con menos de 100 calorías.
8. Come despacio, diversos estudios han demostrado que las personas que comen rápidamente tienen un mayor peso corporal que las que comen despacio. Las señales que manda nuestro cuerpo de que estamos satisfechos tardan alrededor de 20 minutos en llegar al cerebro. Así que si comes rápido es más probable que comas de más ya que aún no han llegado las señales de que éstas satisfecho al cerebro.
9. Haz una lista de actividades que te diviertan o relajen. La mayoría de las personas comen más cuando están aburridos, estresados, nerviosos, etc. Por eso date un tiempo y haz una lista de actividades que disfrutes, puede ser desde leer un libro, dar un paseo, hablar con un amigo, hacer manualidades, etc. Cuando te des cuenta que estas comiendo sin hambre revisa tu lista y haz algo que disfrutes. Recuerda que la comida es nuestro combustible no un medio para entretenernos, premiarnos o castigarnos.
10. Recuerda que no hay alimentos prohibidos, ya que no existen alimentos “buenos” o “malos”; todos los alimentos pueden formar parte de tu alimentación, siempre y cuando los consumas en las cantidades adecuadas a tus necesidades personales.

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